Y despedimos el Carnaval con el tradicional "Entierro de la Sardina", acompañados de música de dulzaina y tamboril.
Si bien se han producido importantes cambios en las últimas décadas, la fiesta no ha perdido su significado de celebración del final de los Carnavales, aunque no podamos decir ahora que el tiempo de Cuaresma al que da paso sea tan oscuro y austero como el que aún muchas personas han conocido.
Desde el Centro de Día sale la comitiva del "Desfile del Cortejo Fúnebre", en el que colabora desde hace años Fundación Personas de Cuéllar, portando a hombros la sardina realizada por los usuarios y personal de la Unidad de Estancias Diurnas.
Sardina que, desde que no es recomendable hacer fuego en los exteriores del Centro, es indultada año tras año y se elabora otra más pequeña para ser incinerada después del desfile.
Con la quema de la sardina, se da paso a la tradicional Sardinada con limonada para todos.
De principio a fin la actividad es amenizada por música tradicional de dulzaina y tamboril, en este caso con el Grupo "Los 1.100", con el que muchos se han animado bailando jotas hasta el atardecer.
Y como con todo lo bueno, a nadie le importa prolongarlo, con la colaboración de los Grupos de Baile y su profesor Jesús Varas que han realizado su clase en la Sala Principal, la fiesta ha continuado hasta el cierre del Centro.
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